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Ana Gutiérrez 2

Está en una nube. Tiene en sus ojos, en su mirada, la ilusión no perdida de la niñez. Recientemente jubilada, se le nota que ha amado su trabajo como docente. Ahora se atreve a sacar algo que llevaba muy dentro como es la aventura de escribir y se permite la premeditación y la alevosía de hacerlo bien. Ana Gutiérrez Toscano está metida de lleno en la vorágine de la promoción de su primera novela,  En otro tiempo, en otro lugar donde la autora nos plantea el misterio de tres historias que acaban confluyendo en una. Ana, que presentará su libro en Chipiona el próximo 9 de agosto a las 21.00 horas en el Castillo, nos permite un espacio para hablar de su particular estilo literario y de la realidad en que vive. Cada respuesta es todo un titular.

¿Recuerda el primer libro que leyó en su vida? ¿Qué impresión le causó?
Los primeros fueron cuentos infantiles, como casi todos los niños. El paso a la literatura de adultos fue un poco más complicado. Me gustaba leer novela romántica; lo siento, era la adolescencia y me atraía mucho todo lo relacionado con el amor; pero mi auténtica pasión llega con las novelas de Pearl S. Buck. Me hago socia del Círculo de Lectores y leo todo lo que encuentro de ella: Viento del este, viento del oeste, La buena tierra, La madre, La estirpe del dragón… Se puede decir que la primera novela que leí fue Viento del este, viento del oeste. Me sumergía en un mundo muy distinto al nuestro. Una sociedad, la china, que trataba a la mujer como si fuera un animal, rectifico, peor que a un animal. Me tenía tan atrapada que había veces que me quedaba leyendo hasta altas horas de la madrugada. Después, me casé muy joven, a los 22 y no tenía tiempo para leer: el trabajo, la casa, la llegada de las hijas, los estudios… retomo la afición cuando apruebo las segundas oposiciones y mis hijas son mayores.

¿Cuándo se le ocurre la idea de escribir una novela?
Siento decirlo, pero fue casual. Bueno, yo escribía pequeñas obritas de teatro para conmemorar algún acontecimiento en el instituto. Por ejemplo, cuando fue el tetracentenario de la publicación de la primera parte del Quijote hice una y también con relación a Juan Ramón. Pero novela no había escrito ninguna. Las cosas pasan porque tienen que pasar y un verano de 2002, en la playa, en nuestra terraza, con la fresquita, un amigo al que le gustaba el mundo esotérico y al que mis hijas le hacían la ola cuando venía a casa porque pasábamos unas tardes muy entretenidas con él y con su mujer, nos leyó la mano a toda la familia. Nos reíamos y el rato era estupendo, pero, mira por donde, me dice que tenía manos de escritora. “¡Anda ya!”, le digo. Pero cuando se va, cojo un cuaderno, de esos grandes, cuadriculados de anillas y empiezo a escribir. Mi hija, la pequeña, no paraba de reírse y de decirme cosas. Mi marido, igual. No me tomaban en serio, en cambio mi hija la mayor, Ana, me dijo: “Mamá, me gusta. ¿Y qué viene después?”. A lo que yo le dije. “No sé, mañana se verá”. Y así comenzó esta historia.

¿Cómo fue la idea de acercarse a esta temática con esta mezcla de elementos como Renacimiento, nazis o la reencarnación, por poner algunos ejemplos?
Como he explicado, no puedo explicarlo, es una contradicción, pero fue surgiendo de la nada. Los personajes, esos seres maravillosos, cobran vida por sí solos y con ellos la historia que va surgiendo. He de decir que se escribió en verano, en cinco veranos. No podía escribir en invierno, tenía que trabajar y los personajes no me dejaban dormir.
El tema de la reencarnación era natural que surgiera porque una de las novelas que más me gustó era Verde oscuridad que toca este tema y dicen que la primera novela de un ¿escritor? trata sobre el tema que a él le gusta. El Renacimiento aparece porque el foco estaba en Florencia. Mi segundo apellido es Toscano, así que decidí trasladar la historia a la capital de la Toscana y que mejor época que la de los Médici. Por otro lado, la protagonista es gaditana. En honor a mi padre que lo era. Caetana es Cádiz. El nazismo surge porque sí. No recuerdo cómo, pero probablemente porque la historia lo iba requiriendo.

Ana María Gutiérrez Toscano¿Cómo vive la promoción de su primera novela?
Asustada. Me parece que lo que he escrito no merece la pena y temo que alguien me diga: “¡Qué te crees tú! ¡Cómo te vas a comparar con un escritor!”. Realmente tenía y tengo miedo a que la lean.

¿Dentro de la novela en general qué temática le gusta más a la hora de leer? ¿y a la hora de escribir?
Me ha gustado mucho la trilogía Milenium. Me atrae ese tipo de novela de intriga, negra. También me gusta mucho la novela moderna española escrita por las grandes escritoras María Dueñas y Julia Navarro. También, Dan Brown y Ken Follett. Como ve soy una lectora corriente y moliente. Bueno, entre nosotros, he leído la primera parte de Cuarenta sombras de Gray. Lo siento, la curiosidad.

¿Cuál fue su método de trabajo para escribirla, tiempo, documentación, etc?
También siento decepcionarle. No he tenido método de trabajo. He escrito cuando mis “labores” como madre, ama de casa, esposa y profesora me lo han permitido. A veces, entre las patatas fritas y las sardinas asadas o el gazpacho. La única documentación que aparece en la novela es la descripción de Florencia. No había estado nunca allí y lo busqué en internet. Igualmente hay una palabra que busqué que es Tetragramatón, referido a Dios para los judíos. Todo lo demás, para bien o para mal, ha sido cosecha propia. Y he descubierto que hay un error histórico que trataré de subsanar en la 2ª edición.

¿Hasta qué punto aparecen elementos autobiográficos?
No es mi vida. No tiene nada que ver conmigo, pero descripciones de personajes, pasajes, pequeñas historias…, son de mi propia experiencia. Me gustaría poder contar algún día cómo sucede todo esto y cómo, sin ser mi vida, es mi vida. Son los seres maravillosos que han formado parte de mi ya larga vida. Esto también se lo debo a mi hija Ana. Cuando estaba intentando describir a los personajes, que es una de las cosas más complicadas de la novela, ella me dijo que me fijara en personas que conozco y dicho y hecho. No sólo me fijé en los personajes, sino en acontecimientos reales que les habían pasado a estos.

¿No le atraen los concursos literarios?
Ni sí, ni no. Creo que es un buen trampolín para dar a conocer tu novela, pero no tuve suerte y a nadie le interesó. La mandé a muchos concursos. Por supuesto que a ninguno importante porque creo no ser merecedora de ello, pero me desanimé mucho y decidí dejarla, como se suele decir, en un cajón. La novela se termina en 2006 y desde entonces no conseguí que se publicara. Hasta que mi sobrino Antonio, el hijo de mi hermano Ramón, la mandó a la editorial Albores y, aunque con coedición, salió a la luz. Desde 2006 no escribo nada porque estaba muy desanimada. Yo soy, bueno era, profesora y directora ─me he jubilado este año ─, así que me dije: “Anita, tú no sirves para esto, zapatero a tus zapatos”. Y así lo hice. Ahora, ya estoy escribiendo mi segunda novela.

¿Ha recibido ya impresiones de sus lectores?
Sí, y estoy abrumada. No sé si es porque son amigos y amigas, pero les está gustando. Vivo sobre una nube. No me lo puedo creer. No sé si es o no real lo que me está pasando. A mi hermano le digo si no es demasiado esto de la presentación. Estoy un tanto avergonzada y pido disculpas por todo.

¿Como profesora que ha sido de Literatura, no le parece que esta asignatura está algo olvidada en los planes de estudios?
Totalmente olvidada. Realmente en la secundaria, no se da literatura. Algo de historia de la literatura, pero estudio de los textos, del estilo, del porqué de esto o aquello en los textos, nada de nada. Ya en bachillerato se profundiza algo más, pero insuficiente. Cuando veo las películas americanas en donde se ve cómo estudian a los escritores, siento envidia del sistema. Aquí pocos alumnos saben quién era Lope o Calderón. ¿Qué alumno americano o inglés no sabe quién era Shakespeare? Esto lo dice todo.

De su experiencia, qué opinión le merecen los niveles de lectura actuales
Puedo contar lo que sé de la lectura entre los jóvenes. Hasta el año pasado, por lo menos se les obligaba a leer tres libros al año, al menos en mi centro y en lengua, pero ahora no se les puede obligar a comprar ningún libro con lo que, leen aún menos. Leer es un acto de soledad. Es un encuentro interior con una historia y unos personajes. Los chavales tienen medios, para ellos, más atractivos. Como decía Cervantes “El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”. ¿Seremos capaces de conseguirlo? En el mundo de los adultos es aún peor. Se compran libros, pero no se leen. España es una potencia editorial. Aquí salen cada año títulos y títulos que luego sirven para adornar las estanterías. Pero con la llegada, de nuevo, de las casas minúsculas, habrá poco espacio para los libros. Yo no quiero que nadie compre mi novela y luego no la lea. Prefiero no venderla.

¿A quién o quiénes admira más de los escritores clásicos? Sin ninguna duda, a Cervantes. El Quijote supuso mi gran reencuentro con la lectura. Recuerdo aquel verano de 1999, cuando pude saborear a gusto su lectura. Ya lo había leído varias veces; en el instituto, resumido y con aburrimiento, cosas de la edad; en la carrera, de prisa, porque había mucho que leer. Pero, cuando aprobé las oposiciones a Secundaria, me lo leí tranquilamente y entonces comprendí por qué es la gran obra de la literatura universal.

¿Cuál es su género literario preferido?Ana Gutiérrez 1
El género narrativo, la novela. También me gusta el teatro, pero como decía Calderón, creo que es para verlo, más que para leerlo. Me gusta mucho ir al teatro, me gusta pisar el teatro, las luces, toda la parafernalia que lo rodea. En cuanto a la lírica, no me disgusta, pero me atrae más la novela.

¿Se ha encontrado alguna vez con gente que se jacta de no haber leído un libro en su vida?
De todo hay en la viña del señor. Peor para ellos. Es como los que nunca han tenido un perro y nunca sabrán lo que es el cariño, la admiración, la entrega…, de un ser tan pequeño hacia su dueño. Hay experiencias en la vida que son eso, experiencias, que no se pueden contar ni que te la cuenten, tienes que vivirlas, así que ellos se la pierden.

¿Percibe usted si esta sociedad avanza a pasos agigantados hacia atrás para alcanzar los niveles de la Edad Media?
¡Uy! Por Dios. No creo, ¿no? Vamos hacia atrás, pero confío en que pronto se pare todo y volvamos al sitio de partida. Si no, sería tremendo.

¿Cómo ha logrado dirigir un IES sin volverse loca?
Siempre fui una docente. Ese era mi trabajo y mi vocación. Avatares de la vida hicieron que accediera a la dirección. Y me siento muy contenta de esta experiencia. Mi instituto es un sitio en donde se está muy a gusto. Mis compañeros me hicieron el trabajo muy fácil y conté con un equipo directivo formado por dos mujeres que posibilitaron el trabajo que se llevó a cabo en el centro. He conocido la enseñanza desde otra perspectiva. Ahora, lo que echo de menos son las clases, esas largas parrafadas con el alumnado y a mis compañeros, mis ratitos en el café, nuestras discusiones divertidas en el Departamento de lengua. En fin, todo el barullo del instituto.

¿Cómo podríamos conseguir que la gente leyese más y mejor?
Yo creo que muchas personas no han leído nunca porque no han encontrado el libro que a ellos realmente les guste. Ese sería el camino. Conseguir encontrarlo es lo difícil porque no quieren saber nada de la lectura. Por otro lado, es en la familia en donde se deben poner los cimientos. El problema está en que habría que animar primero a los padres. Una vez quise crear un club de lectura para los padres de mi centro. Los convoqué a una primera reunión: fue un solo padre. Esto me desanimó y no lo volví a intentar. Durante mis años de docencia, he realizado muchas actividades de animación a la lectura con el alumnado. Algunas veces han resultado satisfactorias; otras, no. Es muy complicado. Ojalá tuviera una varita mágica.

¿A qué nuevos retos o trabajos se enfrentará cuando acabe la promoción de esta primera novela?
Como ya he dicho más arriba, estoy empezando mi segunda novela. Tengo algunas ideas, que ya es más de lo que tenía con la primera.

¿El libro en la red se comerá al libro en papel?
Probablemente. Es muy triste porque tocar un libro, olerlo, casi saborearlo, no se consigue con un libro digital, pero…, esto es la vida moderna y, no podemos pararla.

¿El género que más definiría a España y a los españoles, es el de la picaresca?
La literatura española es una de las más importantes del mundo. Esto no debemos olvidarlo nunca, ahora que está tan de moda el inglés. Tenemos a los mejores poetas, novelistas, dramaturgos… Es cierto que como género, el único que creamos nosotros fue el picaresco, pero que las ramas no nos impidan ver el bosque. Nuestra picaresca es única. No podemos olvidar esa maravillosa obra El Lazarillo de Tormes, pero es una rama en un gran y frondoso árbol que es el que forma nuestra literatura. Lo mismo pasa con las personas. Yo confío en la mayoría de los españoles. Estoy convencida de que somos trabajadores, dinámicos, amigos de nuestros amigos, generosos, amables… y una larga lista de adjetivos. Ahora bien, hay unos pocos que no son pícaros, sino ladrones. Gente que, aprovechándose de un puesto, consigue apropiarse de lo ajeno.
Confío, porque con todos los que yo he tratado sí lo han sido, en que haya mucha gente, la inmensa mayoría, que es honrada y que respeta a los demás. No podemos pensar que los españoles somos una panda de ladrones. Nos lo quieren hacer creer para justificarse ellos. ¿Por qué no hablamos de los hidalgos españoles que también forman parte de nuestra literatura? ¿Por qué no hablamos del Quijote que todos llevamos en nuestro ADN?

 

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