El Centro Municipal de Información a la Mujer (CIM) es una de las dependencias municipales más consolidadas. Sus tres áreas: información/animación, asesoría jurídica y orientación laboral, prestan un servicio diario y completo que cubren en buena medida las necesidades de las mujeres chipioneras. El Centro de la Mujer no descansa en sus labores de atención, cobijo e información. Su personal sabe que el día de la mujer es todos los días y que no basta con el 8 de marzo ni el 25 de noviembre que señala el calendario institucional.
María Teresa Zarazaga, asesora jurídica.
Háblenos de su función en el CIM…
Aquí se atiende tanto a hombres como a mujeres, aunque la dedicación a las mujeres es mayor. Se proporciona información de tipo jurídico sobre separaciones, divorcios, guardia y custodia de los hijos… si necesita un abogado de oficio, también le ayudamos con la documentación que necesita.
¿Desde cuándo trabaja como asesora?
Yo llevo desde el año 1999, pero el servicio lleva en funcionamiento mucho más tiempo.
¿Cuáles son las consultas más frecuentes?
Pues las que te he mencionado, todas las relacionadas con separaciones y divorcios, ejecuciones de sentencias de divorcio, sobre todo en lo concerniente a las pensiones alimenticias. También ayudamos con cuestiones de tipo administrativo, etc.
¿Existen muchos casos de malos tratos en Chipiona?
Sí, tenemos información de que existen muchos casos. Cuando una mujer acude al CIM por un caso de malos tratos, tenemos un protocolo a seguir, aunque todo depende de cómo llegue la mujer, porque requerirá un servicio u otro. Si viene demasiado nerviosa o alterada, la derivamos a la psicóloga. En cuanto al trato con ella, debes ser muy cuidadosa, porque si te comportas de una forma agresiva o insistente, la mujer se echa atrás, se cierra en banda y puede que no regrese más. Lo importante es que vuelva, y que sienta que aquí tiene siempre las puertas abiertas y nosotras en primera instancia nos limitamos a informar, no obligamos a nadie.
También está el papel que deben cumplir las personas del entorno más cercano, como los vecinos…
El vecino, en un caso de agresión, lo que debe hacer es llamar a la Policía. Pero seguimos en la conciencia de que se trata del problema de otra persona, y la mayoría de la gente no suele implicarse, también por temor a posibles represalias. Nosotras, desde aquí, lo que hacemos es ayudar, abrirle el camino a las víctimas que se encuentren desorientadas. Y una vez que ellas estén convencidas de que quieren denunciar, lo harán.
¿Ha mejorado la legislación?
Ha ido mejorando progresivamente. Antes de la Ley Integral de Violencia de Género, contábamos para estos casos con el código Penal, con las órdenes de alejamiento… ahora contamos con el juzgado de Instrucción número 4 de Sanlúcar para los casos de malos tratos.
¿Cuál es el perfil en Chipiona de una mujer maltratada?
Hay de todo, ya no se trata sólo de mujeres de 60 años que llevan aguantando toda la vida, también las hay de treinta y tantos, e incluso jovencitas. El año pasado notamos un aumento de estos casos. Son mujeres que se encuentran enganchadas emocionalmente y que no se dan cuenta de que existen indicios como los celos sin motivo, el control excesivo sobre la vestimenta, las compañías, etc, que pueden hacer de tu pareja un futuro maltratador.
¿Existe un incremento de casos entre adolescentes?
Algo estamos notando. Hoy en día la infancia es muy corta, parece que las niñas están ansiosas por vivir las cosas de las adolescentes o las adultas… También existe un concepto del amor distinto, con un romanticismo trágico que confunde el enamoramiento con la obsesión hasta el punto de que si tu novio no es un celoso exagerado, es que no te quiere.
En este sentido, el papel de la educación es fundamental…
Pues sí, trabajamos mucho con los colegios, organizando actividades con motivo del Día Internacional de la No Violencia Contra las Mujeres. La importancia de la educación en la igualdad de géneros cobra cada vez más importancia, porque la erradicación de la violencia machista debe comenzar desde abajo.
Blanca Marchena, informadora /animadora.
¿En qué consiste este área de información/animación del CIM?
Yo soy la responsable de atender a la mujer cuando llega al centro, soy yo quien la acoge, por así decirlo, y en función de las necesidades que tenga, la derivo hacia un servicio u otro. Por otro lado, también coordino la puesta en marcha de las diferentes campañas que diseña el Instituto Andaluz de la Mujer, o bien las que organiza el propio CIM durante todo el año.
Incluídos el 8 de marzo, que es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y el 25 de noviembre que es el Día Internacional de la Violencia contra las Mujeres…
Sí, también nos encargamos de organizar los actos con motivo de esos días, y distribuimos material informativo, dípticos, cartelería, etc. Todo con el objetivo de concienciar a la sociedad sobre la responsabilidad que todos tenemos para paliar esta lacra que afecta a todos. Y aparte del material y las iniciativas del IAM, nosotros también organizamos actividades de sensibilización encaminadas a fomentar la tolerancia como fórmula preventiva. Pero es preciso destacar que el CIM trabaja durante todo el año, no sólo en esos dos días puntuales, sino que desarrollamos una labor de atención a la mujer que abarca desde las cuestiones de tipo jurídico, como las laborales, de formación, asistencia y participación en jornadas y actividades de ocio que les sirven como vía de escape a la cotidianeidad de su día a día.
Usted también se encarga de realizar la primera atención a las mujeres que llegan al CIM por un caso de violencia doméstica…
Sí, dentro de nuestras posibilidades, hacemos todo lo que podemos por ellas. En mi caso, también las atiendo cuando llegan al centro, antes de la asesoría jurídica. De lo que se trata, en la mayoría de los casos, es de escucharlas y tranquilizarlas, que se sientan protegidas y agusto en esos momentos. Ya después, en función de lo que ella decida, realizamos otras acciones como solicitar casas de acogida, abogados de oficio, por poner un par de ejemplos. En verdad es un trabajo en equipo en el que tanto la concejala, Belén González, como las asociaciones de mujeres, también ayudan.
¿Cómo son sus relaciones con la Asociación de Amas de Casa y la Asociación de Mujeres Progresistas?
Pues contamos mucho con los dos colectivos, que además son muy participativos, cada vez que se les requiere para algo, ya sea para unas jornadas, o cualquier otra actividad, suelen responder muy bien. Se dice que la gente de Chipiona es muy apática, pero yo no lo veo así, al menos en lo concerniente a las mujeres.
Lole Macías, orientadora laboral de la Unidad de Empleo de Mujeres. Técnico de la UNED.
¿En qué consiste la unidad de orientación laboral del CIM?
Desde aquí nos encargamos de solicitar la subvención necesaria para desarrollar los programas bajo convenio entre el Ayuntamiento y el Instituto Andaluz de la Mujer. El servicio que prestamos desde el CIM es la orientación para la búsqueda de empleo y la formación.
¿Cómo se trabaja desde el CIM para ayudar a las mujeres a encontrar trabajo?
Los currículums suelen ser bastante limitados, por eso es importante que la mujer reciba cursos, jornadas, talleres… pero claro, todo en función de su disponibilidad horaria. Impartimos módulos de informática, cursos de auxiliar de ayuda a domicilio…
¿Cuál es el perfil de vuestras usuarias?
No son demasiado jóvenes, aunque existe un amplio abanico desde mujeres con 16 años hasta los 65. Aunque algunas de ellas no buscan tanto un empleo como aprender con los talleres. Normalmente, lo que buscan es la independencia económica de su marido. La mayoría son mujeres de familias monoparentales que no reciben ningún tipo de ayuda. También hay un alto porcentaje de mujeres separadas que no reciben ninguna ayuda por parte de sus ex maridos. En definitiva, se trata en su mayoría de familias desestructuradas.
¿Es efectivo este servicio a la hora de encontrar empleo?
Depende de los meses del año, en verano, evidentemente, es mejor que en invierno. Y también ayudamos en la elaboración del currículum y en la orientación para los hombres, no sólo para las mujeres.
Fotografía: Lola Rodríguez