Habla `Largo´, pero no tendido. Sus chirigotas han sido el descaro, la ironía y el desparpajo en escena. Desde la `Chirigota del Diez´ (1992) se convirtió en cabeza visible de un modo de entender el Carnaval que llevaba las verdades al descubierto y que cantaba sin miedo ni vergüenza. Aquella joven chirigota llamó a las puertas del Carnaval y las echó abajo con fuerza. En 2007, con `De puertas pá dentro´ cerró un ciclo. Él decidió descansar y su antiguo grupo ha continuado haciendo grandes chirigotas ya sin su autoría. Ahora forma parte de la chirigota callejera de Juan Carlos Sáenz, Nicolás Cabo, Diego Díaz y compañía.
Tu primera agrupación fue la Chirigota del Diez…
Sí, el autor fue Cristóbal Ruiz. Él y Juan Antonio Ruiz eran muy amigos míos, salíamos juntos por las noches y decidimos formar el grupo junto con Borja, Juan Pedro Guerra… A todos nos gustaba mucho el Carnaval.
Cristóbal y Juan Antonio han estado muy vinculados al Carnaval…
Sí, aquí el protagonismo lo tienen los que salen a los escenarios, pero hay gente que están ahí y nadie las ve.
Empezaste pronto a escribir y has hecho letras críticas, valientes.
Yo es que las coplas de Carnaval no las entiendo sin crítica. El Carnaval es ante todo, crítica. En mi caso, he utilizado casi siempre la crítica con humor. A los políticos les da igual que les cantes una copla porque saben que realmente eso no les va a influir en las votaciones, que es lo que les importa. Pero que la crítica no exista es un problema. Si un grupo no lleva nada de crítica, para mí, no es un grupo de Carnaval. Es más bien un grupo “de canto”, pero no de Carnaval.
¿Qué año destacarías de tu chirigota?
El año de `Los Perros Callejeros´, que fue el inicio de otra forma de hacer la chirigota. Éramos una chirigota joven que saltaba y bailaba en los escenarios. A partir de `Los Ichas´ ya empezamos a pararnos los pies, cambiamos el estilo, llevábamos músicas originales en todo el repertorio. Maduramos como grupo.
¿Crees que las chirigotas están descuidando la parte musical?
Nosotros no éramos un grupo que cantara demasiado bien, pero sobre todo gracias a Antonio Muñoz cuidamos mucho esto. A él le encanta la guitarra y ha hecho músicas muy cañeras. Quizá en Chipiona no es lo más habitual, pero hay chirigotas que sí cantan muy bien.
Y la caracterización del tipo, fundamental.
Al principio lo dejábamos para el final. Luego, a partir de `Los Ichas´, empezamos a darle más importancia y `el Chico´, que hoy está con Las Galeras, era quien se encargaba de sacarlos. Si sales al escenario con un buen tipo, empiezas 1-0. Ahora, como el tipo sea malo cuesta mucho que el público se anime.
¿Se está perdiendo el doble sentido?
Sí, tanto aquí como en Cádiz. Pero es que es muy complicado. A nosotros nos decían: “es que lo que hacéis es muy fácil, os metéis con la gente y ya está”. Pues ni es tan fácil ni lo que hacemos es meternos con la gente. Aquí en Chipiona las chirigotas tienen una particularidad y es que hablan de Chipiona. Tú vas a Trebujena y escuchas una chirigota y habla a nivel nacional. Yo soy defensor de las coplas de Chipiona, aunque digan que eso es ir a lo fácil.
¿Se molesta la gente de Chipiona con las letras?
La gente no se molesta. Curiosamente, los que más se molestan son los que están dentro del Carnaval.
¿Te has autocensurado muchas veces?
No, pocas veces. Pero sí es verdad que tenemos “letras B”. Cuplés que a lo mejor hemos decidido no cantar para no herir sensibilidades.
¿Concibes la chirigota sin pasodobles?
Sí, totalmente. Mientras que lleve cuplés, el resto que lleve o deje de llevar lo que quiera. Lo que no entendería es una comparsa sin pasodoble.
¿Te gustaría escribir para comparsa?
No. Incluso cuando hicimos `Lo mío es mío´, me costó trabajo imitar el estilo de la comparsa en la chirigota. Y eso que siempre he sido muy aficionado a la comparsa.
¿Qué es para ti lo mejor y lo peor del Carnaval?
Lo mejor, los ensayos con la chirigota. Son tres meses que hay que disfrutar. Y lo que menos me gusta es la gente que es capaz de cambiar una amistad por tres ratos de protagonismo.
¿Cómo ves el nivel del Carnaval chipionero?
Bastante alto. Las comparsas están subiendo mucho de nivel en letras y en afinación y en chirigotas hay mucho nivel. Lo que no podemos es compararnos con Cádiz, porque ahí llevamos todas las de perder. Ellos se lo curran mucho más y ganan dinero con esto. Nosotros no.
¿Cómo crees que afecta la expansión de la cabalgata a los grupos?
Pues que mucha gente está trabajando y no sale a escuchar. Yo recuerdo que en la presentación de `Lo mío es mío´ podría haber unas mil personas en la nave de Rivera. Y ahora es difícil que se pase de doscientas personas. Pero hay tiempo para todo, no me vale esa excusa. La Peña Peñita, por ejemplo, está en todos lados.
Hablas de falta de público, pero en grupos estamos creciendo…
Para la población que tenemos sí que hay muchos grupos. Además ya no hay ningún grupo malo. Antes había algunas cosas que no había por donde cogerlas.
En 2010 hiciste una chirigota juvenil, `Los Adolescentes´.
Sí, y no duró más años porque había falta de compromiso.
¿Ya has hecho todo lo que tenías que hacer en Carnaval?
No, me queda mucho por hacer. Me encantaría hacer un cuarteto y me gustaría volver con Antonio Muñoz. El carnaval son ciclos. El primero, con mi antiguo grupo ya pasó. Ahora estoy muy bien con la chirigota de Juan Carlos, pero algún año habrá que cambiar. Hacer algo con Antonio Muñoz de nuevo me encantaría. Queda mucho, incluso salir en otros grupos, por qué no.
¿Cómo surgió la idea de hacer el pregón alternativo?
Pues surgió con `Chuchi´, el dueño del bar `El Botellín´ en la línea de hacer algo diferente, más libre. El pregón independiente-alternativo está para que cada uno diga lo lo que le de la gana. Damos la oportunidad de ser políticamente incorrecto. Hay libertad para que el que quiera diga lo que quiera. Y me gustaría que la gente se ofreciera y dijera: “oye, que yo quiero dar el pregón alternativo”.
Fotografía: Irene Vélez