
Su mirada ha sabido narrar instantes que ahora forman parte de la historia de Chipiona. Fotógrafa de Diario de Cádiz durante más de veinte años, Gracia Nuñez Neches cumplió la difícil misión de recoger en imágenes todo lo que pasaba en un pueblo en plena ebullición, desde lo cotidiano a lo relevante, en una época en que no había digital, ni internet y se revelaba en el cuarto oscuro con el taxista fuera esperando para llevar las fotos a la redacción. Con Juan Mellado y Bely Caro formó un gran tridente periodístico que en muchas ocasiones puso a Chipiona en la primera plana de la actualidad de la provincia. Ahora, que recuerda esos tiempos como los más felices de su vida, repasa su valioso archivo de negativos con un halo de nostalgia, por el que no se deja atrapar. Ella sale todos los días con su cámara, porque sigue amando la fotografía y porque sus ojos chispeantes no han perdido la curiosidad, la discreción y el ingenio que diferencia a los que son fotógrafos, de los que simplemente hacen fotos.
¿Sigue haciendo fotos a diario?
Sí, siempre voy con la cámara y todos los días encuentro cosas nuevas. Ahora estoy intentando meterme en el digital, porque no sé casi nada. Y yo nunca digo que soy fotógrafa porque valoro mucho a la gente que estudia. Me gusta hacer fotografía y que los demás las vean. Ahora todo el mundo tiene buenas cámaras y hace fotos y les salen bonitas. Pero hay mucha mentira, mucha manipulación en la fotografía. Hay programas para poner y quitar lo que quieras. Y una cosa es poner un filtro en la cámara y otra falsear. Antes en los concursos había que presentar el negativo.
¿Cómo comenzó a trabajar en el Diario de Cádiz?
Gané un concurso de fotografía y el periodista que trabajaba en el Diario, antes de llegar Juan Mellado, me dijo que necesitaba un fotógrafo y me lo propuso. A mí aquello me parecía un mundo y se lo dije a Bely. Empezamos a trabajar las dos juntas, nos turnábamos, y firmábamos ‘Gyb’ (Gracia y Bely). La primera foto que publiqué fue de Villa Blanca, por un tema de tráfico de influencias del caso Guerra. Casi siempre publicábamos tres fotos. También estuve un tiempo trabajando en el Guadalete, pero desapareció.

¿Y qué momentos recuerda como los más complicados para hacer bien su trabajo?
La Virgen de Regla era el peor día porque Rocío tenía que salir por fuerza. Yo me iba a las seis para hacer la salida. En aquella época venía un taxi a por las fotos y los textos. Ese año recuerdo que el taxista estaba en la puerta de mi casa a las siete y media y yo aún tenía que revelar el negativo y el positivo.
¿Y qué pasó con el Diario?
Ellos querían que nos hiciéramos autónomos, cuando no ganábamos ni 25.000 pesetas. A última hora no nos publicaban nada y eso era muy doloroso. Al final lo dejamos.
Juan Mellado suele decir que, cuando estábais trabajando, os entendíais solo con la mirada… no necesitábais hablar para saber cómo actuar en cada situación.
Sí, es cierto. Hacíamos un tándem perfecto, con mucha complicidad. Aquella fue la época más bonita de mi vida. Todos los días, después de trabajar, nos íbamos de copitas, y muchas veces llegábamos chispados para hacer la foto. Nos reíamos mucho. También a veces llegaba a casa a las dos, con el tiempo justo para revelar.
¿Y cómo se trabajaba con Juan?
A Juan había que entenderlo. Había días que lo mirabas y sabías que era mejor no decirle nada… Pero por lo general nos llevábamos muy bien. Es un gran trabajador y sacaba las noticias de debajo de las piedras. En política siempre hacía preguntas muy incisivas, aunque el político fuera de su cuerda, eso no le importaba. Yo por eso le aprecio mucho, me gusta su forma de ser.
¿Y por qué no siguió dedicándose a la fotografía de forma profesional?
Como te he dicho, fue mi época más feliz. Pero me cogió a una edad ya mayor y yo no había estudiado nada de fotografía, yo sola fui aprendiendo y mejorando. Fui completamente autodidacta. Me gustaba hacer fotos y encima me pagaban por ello. Pero lo que más me gustó fue la gente a la que conocí.
¿Como a quién?
A Julio Anguita, me impresionó mucho y, sin tener yo su ideología, me gustaba escucharlo. Y comprobé por qué le llamaban el califa, porque realmente tenía esos rasgos. También recuerdo al ministro ‘mudito’, el que ahora es presidente de la Junta, Griñán. Cuando era ministro de Trabajo vino a Chipiona. Juan le preguntaba con su habitual picaresca, pero no estaba por la labor de responderle. Y Juan publicó en el Diario que era ‘el ministro mudito’.
Siempre estuvieron en su sitio… y le dieron su sitio a los demás…
Sí, y muchas veces dejamos plantada a mucha gente. Y al alcalde, Luis Mario, muchas veces. Últimamente sí era puntual. Pero por ejemplo, si nos convocaba a las 13.00 y a las 13.30 aún no había aparecido, Juan decía “vámonos”.
¿Era difícil trabajar con el alcalde?
Yo lo llegué a conocer bien -se refiere a Luis Mario Aparcero- y sabía perfectamente cuando nos estaba mintiendo. Se le notaba en la cara. Y después lo comentaba con Juan…
También trataron bastante con Rocío Jurado…
Yo sentía mucha admiración por ella, porque me gustaba y me gusta mucho como canta. Teníamos muchos chivatos y nos enterábamos de cuando estaba en Chipiona. Siempre hacíamos los reportajes en el bar Tani, porque él siempre nos llamaba, aunque ella no quería. Una vez estaba sin maquillar y le hice una foto que salía regular. En la siguiente ocasión que nos vimos, después de una rueda de prensa, se vino hacia mí y me dijo: “Nechita, te tengo que reñir”. Y me pegó un puñetazo en el brazo. Ella sabía quién era yo porque fue amiga de mi hermana en el colegio. Fue todo en un tono muy amistoso, pero el puñetazo me lo dió. Y a mí me dolió. También se enfadaba mucho con Juan porque él era muy claro y crítico con ella, como con todos.
¿Y los plenos del Ayuntamiento? ¿Aburrían?
No, en los plenos te lo pasabas bien. No había la picardía de ahora… estaban menos pendientes de las cámaras. A un concejal le hice una vez una foto leyendo el Interviú. Luis Díaz Quintero llegaba con las botas de agua llenas de barro, de alguna riada. Muchos no echaban cuenta de lo que se hablaba, el PSOE tenía mayoría absoluta, y a algunos les daba igual lo que la oposición dijera.

Fotografía: Curro Rodríguez
Toda una artista!!!!!!!!!!!!besos.