La fotógrafa Irene Vélez sigue enfrascada en sus múltiples proyectos relativos a la fotografía de bodas y de «momentos felices», como ella les llama, en general. La última de sus aventuras ha sido la de presentarse a un concurso a través de Facebook que ha lanzado el portal Unionwep, bajo el lema Ramo en mano. «Lo que hacen es es premiar la foto más original, más creativa o más emotiva donde aparezca una novia con su ramo. En mi caso, la fotografía con la que participo pertenece a mi colección de momentos reales, aquellos que busco siempre incansablemente durante todo el día de la boda», asegura Irene, quien espera obtener un importante respaldo popular en Facebook, ya que tras dos días de votación se encuentra en cabeza del ránking.
En cuanto a la fotografía presentada, muy en la línea de su particular filosofía del mirar fotográfico, ha incluido»una sonrisa, una mirada ilusionada, el respaldo del padre de la novia, y un catavinos de lujo para brindar por la vida y la Felicidad».
Optimista, alegre y soñadora por naturaleza, Irene Vélez se encuentra en un momento dulce a nivel profesional. «La fotografía de bodas ha cambiado, en estos momentos las novias no solo quieren una pose, un gesto inerte, una mirada perdida, ahora las novias son más exigente y quieren más imágenes frescas, espontáneas, reales, imágenes con vida. Desean que sus mejores momentos, su gran día, esas emociones irrepetibles queden capturadas para siempre en imágenes con alma. Ellas buscan que las fotos transmitan emociones y así tiene que ser. Las fotos congelan momentos y sirven para divertirse, emocionarse, reír, llorar… Son en definitiva el triunfo de la memoria porque forman parte del hogar y de los recuerdos de la familia generación tras generación».
Si consigue alcanzar la cota máxima, será el último, pero no el primero de los certámenes de fotografía de bodas que Irene Vélez logra conquistar, ya que anteriormente ha sido reconocida en otros certámenes a nivel internacional. En ese éxito, no solo influye su visión fotografíca también influye su visión del amor y de la vida. «El amor es universal y cada historia es única. Cada historia incentiva mi creatividad e intento siempre que los sentimientos ajenos se conviertan en propios. Yo también necesito contagiarme de esa ilusión y esa magia que tiene una pareja cuando se encamina al esperado sí, quiero», remata Irene.
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