Se llama Manuel Durán. Pero él es `el Pollo´. “Además `el Pollo´ número uno, que ya hay otros pollos en Chipiona pero yo fui el primero”, recalca. Es un carnavalero de los de toda la vida. Vivió las noches de disfraces del Castillo y cantó en chirigota cuando el franquismo tenía prohibido el Carnaval. “Lo que había eran las fiestas típicas gaditanas y salíamos en mayo. Mi primera agrupación fue `Los Turistas F.C.´ de Jesús Díaz Miranda, tenía yo catorce años”. Desde entonces ya ha llovido y el Carnaval ha cambiado mucho. Lo que no ha cambiado es su pasión por el Carnaval. “Ya en democracia, con el resurgimiento empecé a salir en individual en la cabalgata con Damián Mellado. Nos llevamos varios primeros premios y explotábamos mucho la parte humorística”. Años más tarde, llegó su vocación cuartetera. “En el `88 salí en `El Guateque´ que era un dúo en realidad. Mi primer cuarteto de verdad fue en el `89. Se llamó `El Paisa y las acomodadoras´ y lo hice a medias con Jesús Díaz Miranda”.
El cuarteto es una modalidad fuertemente localista y el de `el Pollo´ siempre se ha caracterizado por su carga de profundidad chipionera. Sin embargo confiesa que ha tenido la tentación de ir a Cádiz. “Lo he pensado muchas veces y un año llegué a tener las bases en la mano. Estaba escribiendo el cuarteto más a nivel provincial y nacional.
Pero entonces te exigían un popurrí que fuera un cincuenta por ciento cantado. Y nosotros en eso éramos muy malos”.Manuel Durán fue pregonero del Carnaval en 1991. “Fue un pregón que rompió moldes. Las agrupaciones se enviaron cartas unas a otras para salir desde lo de Fernando `la Jirvaná´ acompañándome. Yo iba en una jaula que me hizo Fernando y disfrazado de pollo. Aquel disfraz, entero de plumas, costó carísimo. Lo hizo Pepi Mayo en Cádiz, y entonces todavía era habitual que los pregoneros fueran con corbata. La plaza estaba abarrotada de gente”. Pero no ha sido el único pregón que ha ofrecido. Además de colaborar con su amigo `el Mellizo´ en el `93, dio el pregón de la Peña Peñita en 1995 y el de la Plaza Vieja en el `94. “Este fue especialmente emotivo. Mi madre estaba muy mal y viendo que si ella faltaba yo ni saldría en Carnaval ni daría el pregón, me dijo antes de morir: `deja lo que sea, pero el Carnaval no´. Todavía me emociono al pensarlo”.
Mil y una anécdotas tiene este `pollo´ bajo las alas y recuerda algunas. “Cuando iba de alcalde y Manolo Peña me cocía langostinos antes de salir a las actuaciones. El día del cine llevé hasta un bogavante. O las veces que nos equivocábamos y teníamos que improvisar. Yo nunca bebía para estar atento y salir por donde pudiera”. La guasa y la crítica siempre han estado presentes en sus letras y él consciente de lo que eso conlleva. “Hay palabras que caen mal o son tabú y no puedes utilizarlas.Tienes que buscar decir lo mismo pero de otra manera. Y en cuanto a los políticos les he dado mucha caña, pero a cada uno en su momento. No entendería, por ejemplo, que hoy se metieran con Luis Mario. Ahora le toca a Antonio Peña, que para eso es el actual alcalde. Hay veces que tienes que decir las cuatro cositas que no puedes decir el resto del año. Aunque te juegues que te miren un poco mal por ponerle las pilas”.
Su pasión cuartetera no se desgasta con el paso del tiempo. En el camino, se ha encontrado con muchos amigos (Damián, Calderón, `el Canilla´, Manolín Contioso, `Marpega´, `la Jirvaná´…) y lamenta que la tradición cuartetera esté en declive. “Es una pena que se pierda el cuarteto, pero aquí la gente joven no está por la labor. Yo me he ofrecido y me ofrezco a ayudarle a quien le haga falta siempre. El cuarteto tiene una cosa especial. Es como una pequeña obra de teatro, se presta mucho a la exageración y al disparate. Las cosas habladas se entienden muy bien y arrancan mucho la carcajada”. En la calle de nuevo con su cuarteto, `el Pollo´ seguirá fiel a su cita con febrero, luchando porque no se pierda la tradición e intentando que, al menos por un rato, nos olvidemos de todo. Y si nos morimos, que sea de risa.
Fotografía: Curro Rodríguez