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Es tiempo de crisis. Sí. Pero también es tiempo de oportunidades. Las crisis pueden ser el yugo de los obreros, pero también el tiempo de los valientes. El tiempo de quienes no tienen miedo a coger el petate y marcharse allá donde sea menester para buscarse un presente. Es el tiempo de quienes huyen de la excusa fácil de `la cosa´ y se lían la manta a la cabeza y se van sin nada más que un billete de ida. Estono es un pasaporte para la felicidad. Nadie dijo que lo fuera. Pero es que es cuestión de supervivencia. Lo que antes eran campesinos hacinados en trenes de tercera hoy son estudiantes (con carreras y másteres) que viajan en compañías de low cost en busca de un trabajo digno. El trabajo no llueve del cielo, ni existen en la tierra las manos salvadoras. Pero el recorte se le hace a los temores. Hay que tener arrestos para buscarse la vida. Haciendo las maletas o creyendo en ti mismo. Esta España aún alberga emprendedores, gentes que supieron triunfar con su idea. Que han conseguido vivir haciendo lo que les gusta asumiendo unos riesgos iniciales. Pero no es tiempo para cobardes.

Fotografía: Curro Rodríguez

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