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ilustracionlibe-01Estar en forma no es una tarea fácil. La figura y las dietas constituyen los temas principales en  la llegada del verano y gustarse a sí mismo o a sí misma se convierte en una labor complicada. ¿Es necesaria la operación bikini?

Mantener un buen tipo requiere de un esfuerzo anterior: alimentación sana, realizar deporte y mantener un hábito de sueño entre otras cosas. Que las personas tomen o no estos ingredientes no es cuestión de suerte, ni de genética, ni de dietas milagro. En gran parte es cuestión de personalidad, que modela nuestro comportamiento y repercute en la motivación para hacer ejercicio, comer de forma saludable o incluso llegar a obsesionarnos con nuestro cuerpo.

Existen algunas pautas que nos ayudarán a conseguir el cambio psicológico para mantener hábitos saludables y que nuestro cuerpo esté en forma a largo plazo.

  • Evitar el efecto yo-yó. Perder peso rápido o un ejercicio físico intenso trae consecuencias catastróficas. Inmediatamente después de realizar una “dieta milagro” el cuerpo quema una cuarta parte menos de calorías en comparación con las personas que realizan una dieta a largo plazo.
  • Conocer nuestros rasgos de personalidad. Por un lado, si somos personas demasiado optimistas negaremos la adopción de los hábitos necesarios para estar en forma. Por otro lado, si somos personas inconformistas que viven por y para el cuerpo estaremos muy concienciados con la alimentación y el ejercicio pero tendremos mayor riesgo de padecer ciertas patologías recientes como la vigorexia (preocupación excesiva por la propia musculatura) o la ortorexia (obsesión por comer únicamente alimentos que se consideran sanos)
  • Evitar la “alimentación emocional”. Esto ocurre cuando comemos para aliviar la vivencia de un sentimiento negativo independientemente de la sensación de hambre que tengamos. Lo hacemos para escapar de situaciones de estrés, de nuestros pensamientos negativos o cuando estamos tristes. Cuando nos alimentamos emocionalmente con alimentos prohibidos realmente no sirve para aliviar estos estados anímicos ya que posteriormente aparece el sentimiento de culpabilidad.
  • Aprovechar el entorno natural. Aunque una persona realice ejercicio en el interior de una ciudad no recibe los mismos beneficios que las personas que habitan en espacios rurales o naturales. Las personas que habitan en un espacio natural o rural reaccionan al estrés de manera distinta que aquellas que viven en una ciudad, y aunque los beneficios físicos pueden ser los mismos las personas de ciudad tiene mayor riesgo de padecer patologías psíquicas por la influencia del ambiente.

Si queremos poner nuestro cuerpo a punto para exhibirlo en playas y chiringuitos más que una “Operación Bikini” tenemos que llevar a la práctica una “Operación mental”. Claude Robert Cloninger científico que estudia el efecto de la personalidad sobre el estilo de vida de los individuos afirma que aunque no puede alterarse por completo el propio carácter de una persona si es posible moderar ciertos aspectos que mejoren su físico. Meditar, escribir un diario o simplemente reflexionar sobre lo que resulta importante y satisfactorio para uno mismo son algunas pautas que constituyen estrategias de éxito para iniciar y mantener hábitos saludables y estar en forma a largo plazo. Dejémonos de “operaciones” y pasemos a las “instrucciones”.

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