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Rafael Ruiz, lleva más de treinta años al frente del Grupo Ecologista CANS de marcado carácter localista y que ha tenido una repercusión importante en la sociedad de Chipiona, donde realiza el grueso de sus actuaciones. La concienciación es la base de su trabajo y han logrado cambiar actitudes y prácticas que atentaban contra especies protegidas. Su ansia por preservar el ecosistema marino y la zona del litoral le ha llevado a enfrentarse a políticos y constructores y ha evitado en repetidas ocasiones la tala de árboles centenarios. Su lucha por la playa de Micaela y contra la instalación del parque eólico marino que estaba programado en Chipiona le otorgaron una importancia mediática a la que no estaba acostumbrado. Pero Fali, como así se le conoce en el pueblo, ha trabajado mucho fuera de los focos, los micrófonos y los flashes de las cámaras. Sin ser ningún erudito, ha sabido adaptarse a los tiempos y es una persona locuaz. Un hombre cercano que se apasiona cuando habla de la naturaleza y de su tierra.

¿Cómo nace el grupo ecologista CANS? ¿Cuándo? ¿Con qué finalidad?
Nace en 1982, aunque nos constituimos oficialmente en 1984. En esos dos años empezamos a trabajar y a forjar un grupo de jóvenes concienciados desde la niñez. Estábamos viendo perderse zonas en las que habíamos jugado de niños y que había que preservar por su valor natural. Nacimos, en un principio como grupo de amigos de la naturaleza, de ahí nuestro nombre. Club de Amigos de la Naturaleza Scipionis. En aquel momento estaba surgiendo el movimiento ecologista en España, sobre todo con ADENA, respaldada por Félix Rodríguez de la Fuente. Decidimos hacer unos estatutos y fuimos pioneros en la localidad en la protección de la naturaleza como grupo. El camaleón fue nuestro símbolo. Nos centramos mucho en él y su ecosistema. Sobre todo, el paraje dunar que se estaba expoliando.

¿Qué panorama os encontrásteis al empezar a trabajar y cómo ha ido cambiando?
Nos encontramos con una panorama complicado. Se acostumbraba a cazar aves insectívoras y a venderlas en los bares. Con los camaleones, que incluso se vendían en la Plaza de Abastos, se hacían barbaridades. Se le tenía como un animal de mal agüero y se le trataba de manera despectiva. A las aves marinas también. Lo hemos ido cambiando poco a poco.

¿Qué metodología habéis seguido desde el grupo CANS?
Empezamos con la mentalización desde el colegio. Aquellos niños hoy son hombres y respetan al camaleón y valoran lo que tenemos. Luego, estamos a pie de calle y hablamos con todo el mundo. Conversando y divulgando es como más se logra cambiar actitudes. Además, esas personas saben reconocer tu labor. No cambian a regañadientes, sino convencidos. A veces, las denuncias y las protestas airadas sirven para acentuar más un problema. Me veo cumpliendo con una misión, a veces desagradable y a veces reconocida, pero siempre necesaria.

¿Crees que vuestras posturas han sido entendidas?
No siempre. Más bien al contrario. Es que era una ruptura. Había que desterrar muchas malas prácticas. Pero nuestra constancia ha servido para que quienes no nos entendían, incluso nos consideraban enemigos, hoy colaboren con nosotros.

¿Quiénes han sido tus mejores apoyos?
El de la sociedad chipionera y el de ese núcleo duro que fundamos el grupo CANS y algunos jóvenes que se han sumado luego. No puedo pasar sin resaltar al Beni, que está ahí siempre para todo y que para mí resulta indispensable. Lo mismo digo de mi esposa, Regli, a la que le quito mucho tiempo y siempre me respalda.

¿Y tus más firmes enemigos?
Mis mayores enemigos han sido los políticos. Donde tú ves la protección animal, ellos ven un edificio. En zonas importantes para la naturaleza hemos evitado la construcción y eso ha supuesto enfrentarnos a políticos, constructores e incluso obreros. Pero es necesario hacer ver que en Chipiona vivimos del turismo y sin una buena conservación de los valores naturales no hay turismo. El trabajo de hoy será paro mañana si no se hace de manera racional y se piensa solo en el corto plazo. La naturaleza le ha dado mucho a Chipiona y nuestro futuro pasa por su protección.

Pero vosotros habéis resistido.
Pues sí, pero no es fácil. Estamos expuestos a llamadas a cualquier hora y nuestro principal trabajo es el de la concienciación. Además de demostrar a la gente que somos totalmente independientes. Que puede confiar en nosotros sin que tengamos ningún interés político ni económico.fali 03

Aunque Rafael Ruiz y el grupo CANS se han visto envueltos a menudo en ese debate político.
Es que cuando un político está gobernando hay que decirle las cosas a la cara a ese político. Luego te utilizan como arma electoral y te tachan de ser del contrario. Incluso, cuando no se han hecho algunas cosas han dicho “porque los ecologistas no quieren” para echarnos a la gente encima y eludir responsabilidades. Eso es así, forma parte del juego. Pero nosotros tenemos la conciencia tranquila. Nuestros planteamientos siempre son los mismos y los partidos del poder van cambiando. Si las cosas se hacen bien, no hay problemas. Ahora, en el momento en que veamos que hay algún proyecto que atenta contra nuestros valores naturales, vamos a la prensa y al debate público. Sea quien sea.

¿Te sientes valorado y reconocido por la sociedad chipionera?
Me siento valorado y respaldado por mucha gente, igual que he sufrido muchos ataques que son inevitables. El tomar decisiones y ser la cabeza visible de un grupo siempre conlleva problemas, sobre todo porque en un pueblo nos conocemos todos y a veces el interés de alguien en concreto puede entrar en confrontación con lo que tú tienes que defender. Hay temas en que no quisiera entrar, pero tengo que entrar. No puedo ser ecologista de salón. Eso queda bonito, pero no es lo mío. Si me he tenido que jugar el tipo, me lo he jugado.

Sin embargo, el pueblo ha respondido a vuestros llamamientos.
Sí, está claro. Cuando se ha pedido colaboración la gente ha acudido. El tema de `los molinos´ movilizó a mucha gente de aquí y también de fuera. Y también la respuesta en defensa de la playa de Micaela fue muy firme. Había que hacer frente a los intereses de ampliar innecesariamente un puerto deportivo que Chipiona no requería. A cambio, tendremos una playa de gran valor natural para las generaciones venideras y no un aparcamiento de asfalto que es lo que querían poner allí.

¿De dónde viene tu amor por la naturaleza? ¿Cómo te has formado para seguir aprendiendo?
El convivir con la propia naturaleza desde niño y la curiosidad que despertaba en mí el descubrir especies, plantas. A día de hoy, me pesa no haber estudiado la carrera de biología. Yo aborrecía las matemáticas y fueron las culpables de que dejara de estudiar en bachillerato. Luego, he tenido la suerte de poder aprender de manera autodidacta y tampoco me he centrado en un solo aspecto. Cuando eres el único grupo ecologista en una localidad tienes que saber de todo: plantas, peces, aves, anfibios, reptiles… Me da pena que haya gente que vaya a morir sin conocer la naturaleza que le rodea.

¿Cuál es la mejor contribución que podemos hacer al medio ambiente?
Plantar árboles. Además, a nivel local, podría servir para recuperar vías pecuarias. Daría trabajo en la siembra y sobre todo generaría puestos de trabajo para el mantenimiento y las podas, que pueden utilizarse para biomasa. Sería un círculo cerrado. En Huelva se está produciendo energía procedente de la biomasa y cierra un círculo sostenible que generaría más de lo que costaría.

¿Qué hay de la depuradora?
La depuradora era una asignatura pendiente. Las aguas sin depurar han matado a muchas especies pequeñas. La depuradora será un antes y un después, aunque la terminación es mejorable. Esas aguas no deberían de ir a parar al mar sino que podrían ser reaprovechadas por la Comunidad de Regantes. Algo que finalmente parece que será así.

Las dunas.
En cuanto a las dunas, hemos perdido mucho pero tenemos un cordón litoral de casi 300 metros magníficos.

Los corrales.
Para el chipionero son una de sus principales señas de identidad. Y para la gente de fuera suponen un gran atractivo. Si estuvieran en otro sitio, media Europa los conocería. Yo he traído a fotógrafos alemanes aquí y han alucinado. Además son la mejor barrera para la erosión que puede tener una playa, ayudan a la conservación del medio. Y hay que protegerlos. Esto es tarea de todos.

¿Y el pinar y otras zonas rurales?
Aunque las últimas repoblaciones han sido un éxito, el pinar está en decadencia. Lo que queda de pinar está ahí porque esas tierras no son fértiles. Se ha comido mucha tierra que es de todos (vías pecuarias, caminos rurales, el pinar…). La persona que roba tierras públicas nos está robando a todos. Y eso nunca se va a poder recuperar. No se mete mano políticamente. Se han apropiado de aranzadas y aranzadas de terreno. Y hoy, mientras estamos aquí, hay gente que está `remangando´ las lindes para ganar unos metros de terreno. Y al año siguiente, otros cuantos. Y así vamos.

¿Crees que la sociedad está verdaderamente concienciada respecto al medio ambiente?
Es verdad que se ha conseguido mucho a nivel social, pero también hay mucho escaparate. Queda muy guay de cara a la galería hablar de ecologismo. Pero después también hay muchos intereses económicos detrás. Hay mucho disfraz. No me creo que una empresa diga “yo no vengo a ganar dinero, vengo porque estoy preocupado por el medio ambiente y el cambio climático”.

En un mundo globalizado, ¿cuál es la importancia y el valor distintivo del ecologismo a nivel local?
Es fundamental. Nos centramos en lo local porque hay mucho que hacer. Yo siempre digo que `el Amazonas lo tenemos aquí´. Hay problemas internacionales grandes, pero hay que actuar localmente en el sentido de que hay problemas que estamos sufriendo aquí, en nuestra zona y que padecemos día a día y podemos solucionar. No podemos cerrar los ojos a eso.

¿Qué os diferencia fundamentalmente de los grandes grupos ecologistas?
Que teorizamos poco y actuamos mucho. Le quitamos tiempo a nuestras familias, nuestros trabajos… No nos da tiempo ni de pararnos a pensar. Actuamos con mucho esfuerzo, de manera altruista y sin escaparate.

¿Hay muchos intereses detrás de algunos colectivos que se proclaman ecologistas?
Los hay. Nosotros ni tenemos subvenciones ni las queremos. Eso nos libera. No estamos atados a nada. Nadie nos puede reprochar que cobramos por esto. Al revés, nos cuesta el dinero cada desplazamiento, cada llamada… Pero aún así, todos los grupos ecologistas cumplen una labor muy importante. Eso no se puede negar.

¿Cuáles son en estos momentos los temas a nivel local que al grupo CANS más le interesan?
Los temas que más nos interesan ahora mismo son: el camping municipal que queremos hacer una zona pública de esparcimiento y la protección del litoral, el camaleón y los corrales. Hay que hacer ver a la gente que no puede llevarse especies pequeñas ni mover piedras porque están destrozando la crianza. Luego, tenemos voluntarios también para cuando empiecen a salir las tortugas y los cetáceos.

¿En qué estado se encuentra el Centro de Interpretación del Camaleón?
Es una apuesta muy importante y va a tener mucha trascendencia a nivel escolar. Después de dieciséis años, el edificio está construido y en el interior hay una zona terminada. El problema está en que más de la mitad de los 55 millones de pesetas que se invirtieron no aparecen.

¿Pero lo vamos a tener abierto pronto?
Se está intentando, pero queremos que inaugure con todo su equipamiento. Es un trabajo a tres bandas: CEPSA, Ayuntamiento y CANS. Es una apuesta para combatir la estacionalidad del turismo y sus pilares serán la protección ambiental, la investigación, la divulgación y la educación medio ambiental. Habría visitas a los corrales, el cordón dunar, zona de laboratorio, tareas divulgativas, explicativas… El Centro está dividido en cuatro partes: corrales de pesca, litoral, camaleón y prehistoria. En Chipiona, aún desconocemos nuestros orígenes prehistóricos. Aquí había cazadores recolectores que venían de la sierra y echaban aquí el verano cazando, pescando y mariscando. Con el centro de interpretación queremos dar una visión global de lo que es la historia natural de Chipiona y sus singularidades. Es un reto bonito que espero ver materializado pronto.

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Fotografía: Manuel Jurado

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