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CRISTÓBLA RUIZ

por Cristóbal Ruiz

Siempre he pensado que nuestro carnaval es, al mismo tiempo, una conjunción de muchos carnavales. Ese puede que sea uno de los secretos de que perdure después de haber atravesado más de un desierto. Ahí están el carnaval del que da sentido a su vida componiendo y el del que vive la pasión por cantar. El del que disfruta con un disfraz y el de aquel que es feliz pariéndolo. El del ritmo y la percusión, y el del humor, y el de la purpurina. El del cabalgatero de a pie y el de quien sueña cada noche una puesta en escena. El carnaval lírico y a la vez prosaico, del vaso de tubo en la mano y de los regueros tras los coches. El de mi niña es la mejor y el que ha instituido un estilo de pregones que podríamos llamar peculiar. La fiesta de la libertad en la que aparecen curiosos reglamentos que, a veces, no están ni escritos. Carnaval en su fecha y Cuaresma adentro. Carnaval de quienes ponen toda su sapiencia en un guiso y de quienes muestran toda su hospitalidad tras una barra. Del que se moja y del que se tapa, del que ríe y del que llora por un premio. Del que se emociona y del escucha con la mano en la barbilla. Carnaval bendición del comerciante. Carnaval maldición del estudiante, ese que es capaz de parecer llenarlo todo y abducirte hasta olvidar la verdad de la vida. El carnaval “mamado” y el carnaval aprendido. El del que sale en agrupaciones y el del que escucha y escucha en un jergón anónimo. De carteles que nunca ganan, de pespuntes de madrugada, de presentaciones ansiosas y “apretás”, de finales hasta el amanecer. De gañote y “conviá”, de ¡qué bonito hijo!, de gente en la barra que da la espalda, de sobrevalorar a unos y de pagar con la terrible frialdad del olvido a otros. Carnaval del corral de la cuba, de un cuadro del descubrimiento, de Watusi en el Principal, de Cristianos de Roma por la radio, del Muralla comiéndose un pollo, de Juan Ignacio en el Falla rodeado de un coro de indios, de Pepi y sus Popitos, de Miguel en los toros, de los Peñita desfilando por Isaac Peral, de unos juveniles que cantan en la final, de “Drag Queens” subidas a la barra del Paquito, del Guerra hablando “Yanky”, de Carnavalísimo… de escuchar a Jesús y a Rafael, y a Manolito, y a Fernando.

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